LA EDUCACIÓN COMO MECANISMO IDIOLÓGICO O COMO MEDIO LIBERADOR.

LA EDUCACIÓN COMO MECANISMO IDIOLÓGICO O COMO MEDIO LIBERADOR. No basta la creación de organizaciones multilaterales cargados de retóricas politiqueras, que solo les interesa los beneficios individuales, de cada país participante. Tampoco los grandes titulares de prensa o cumbres de jerarcas de gobiernos de Latinoamérica para aplaudir e idolatrar a organismos que no son tangibles al promotor, ejecutor y doliente de la educación en nuestra región. Hablar de liberación y emancipación de la educación en Latinoamérica, no basta para liberar del mercantilismo, ideologización alienante de los extremos políticos y hasta esclavistas de los pueblos. Actualmente los países de Latinoamérica, se han estancados en modelos trasnochados, negándose a responder a las necesidades de los pueblos, dándole la espalda a los cambios que exigen las tendencias universales en materia pedagógica y políticas educativas, más cuando se ha demostrado en muchos países, la práctica anacrónica del ideologismo gobiernero en la educación, al contrario de afianzar el carácter del factor de calidad, donde las propuestas desde los altos gobiernos, no siempre tienen presente las ne0cesidades de los pueblos, que es su obligación. Los gobiernos se afanan en prometer y poner en práctica programas sociales y educativos, según, para mejorar la calidad de vida de sus conciudadanos, pero en el fondo son fábricas de pobres, con algunos beneficios de dádivas, (becas y bonos para personas que no estudian , no trabajan, solo marchan y aplauden) títulos educativos, (que en la práctica no pueden ejercer por la falta de preparación, salvo algunas excepciones) y hasta supuestos bienes, (sin títulos de propiedad, solo de adjudicación) que al final convierten a las personas en zombis marchantes, defensores de los jerarcas gobierneros, que son manipulados y utilizados como objetos, para los procesos electorales y en defensa del régimen de turno. En tal sentido es necesario un movimiento que vaya más allá de los acomodamientos políticos ideológicos, que mire hacia la libertad, valoración y democratización de la educación que redunde en la calidad, con la mira puesta en la liberación de las ideas, que nos lleve por el camino hacia la paz. Como dice: Senén Niño, integrante del Comité Ejecutivo Mundial de la Internacional de Educación: ”El movimiento Pedagógico debe ser un poderoso dispositivo construido colectivamente por inteligencia y voluntades que recojan la energía de los excluidos y de los inconformes”. Es por ello que la educación en Latinoamérica, debe construirse desde las necesidades colectivas, desde las potencialidades de su gente, desde la idiosincrasia de los pueblos, allí es donde está la fortaleza, para encumbrarla y cimentar una educación de calidad. Por encima de la retórica deben colocarse las necesidades pedagógicas de la exploración, la construcción y la creatividad, igualmente la valoración de la equidad, convivencia, solidaridad, justicia, libertad y dignidad para el desarrollo de una persona integral, como derecho al pensamiento crítico y derecho a la vida misma. Conceptos utilizados por todos los movimientos pedagógicos de América Latina, pero no puesto en práctica, por estar viendo enemigo a todo lo que se parezca al capital, olvidando el verdadero norte de la educación, que son las necesidades de cada región. Estas necesidades están latentes en todos los pueblos latinoamericano, donde los investigadores sociales no han podido o querido “identifica”, una por los grandes intereses ideológico, que corroe el continente, otra el temor al despertar de la gente, que puede arropar a los que tienen los grandes negocios culturales y comerciales de las regiones. . De allí viene la necesidad de plantear una nueva visión de educación de calidad, que es una necesidad en el presente y futuro de los pueblos latinoamericanos, en el plano de lo económico, social, cultural y del rescate de valores, están clamando por una reorganización de los procesos educativos, que tiendan hacia la excelencia. Esta educación de calidad, se construye sobre la base de la experiencia, el conocimiento y la planificación con políticas educativas claras, con los requerimientos de la sociedad de cada país, propuestas rigurosas para abordar el proceso de producción de conocimiento y búsqueda sistemática de soluciones a los problemas. Para obtener una educación de calidad, compete a todos los que de alguna manera tienen que ver con el tema: los padres (primeros educadores de los hijos); la escuela (directivos, maestros y todo el personal de la institución); el entorno social de la escuela (sociedad organizada) y el Estado, garante del derecho a la educación y responsable de velar por la cualificación de los educadores, instituciones educativas, recursos educativos y la innovación e investigación en la educación.